Saturday, October 18, 2008

LA TOLERANCIA POLITICA Y LA PERSUASION


LA TOLERANCIA POLITICA Y LA PERSUASION

La coerción y la persuasión son dos métodos de ejercicio del poder. La primera, la coerción, es el uso de la fuerza para derrotar al que disiente; la segunda, la persuasión, es el medio a través del cual, con el arte de la palabra y el diálogo fraterno se logra vencer la polaridad consenso- disenso, en un acuerdo principista, normativo y valorativo.

La tolerancia y la persuasión, como principios básicos de la convivencia humana, sirven para dominar la polaridad consenso –disenso. No deben ser usadas para eliminar el disenso, sino, para que los dos polos puedan convivir democráticamente y, sin que ninguna de ellas, se neutralice.

Isidro H. Cisneros, nos dice: “(…) El consenso de todos es autoritario y sólo posible a través de la imposición del “consenso obligatorio” en el que el disenso está prohibido. El consenso total se funda en la obediencia ciega por lo que resulta ser un “ consenso opresor ”(…)” (1). En otras palabras, los consensos unánimes son ilegítimos y anti-sistémicos porque no permiten que subsista la diversidad; los consensos opresores, son exclusivistas porque se niegan a convivir con el disenso legítimo.

John Locke, al referirse al establecimiento de la uniformidad nos decía: “(…) que la fuerza no puede dominar las creencias de los hombres ni plantar algunas nuevas en sus pechos; lo pueden hacer la cortesía, la amistad y el trato delicado (…) quien difiere de vosotros sólo por una opinión está separado de vosotros sólo por una distancia; pero, si vosotros le tratáis mal por aquello que él cree ser justo, entonces él se convierte en vuestro enemigo: lo primero, es la separación, lo segundo es un litigio.(…)porque la fuerza y el mal trato acrecientan no sólo el odio, sino también el número de los enemigos(…)” (2) .

En otras palabras, el establecimiento de la uniformidad, los consensos obligatorios y opresores son enemigos de la persuasión y amigos de la fuerza, no permiten el derecho al desacuerdo y utilizan “la regla de la unanimidad” y el “derecho a la intolerancia” para aplastar el pluralismo democrático con violencia, agresividad y dogmatismo.

La persuasión, por el contrario, es un método basado en el uso de la razón, es un instrumento de la tolerancia y la democracia, ya que, excluye la fuerza y permite el compromiso fraterno entre el consenso y el disenso, para el logro de una convivencia pacífica y productiva.

Michael Walzer, al respecto nos dirá: “Tolerar y ser tolerado es algo parecido al dominar y ser dominado de Aristóteles: es la tarea de ciudadanos democráticos (…) la tolerancia hace posible la diferencia; la diferencia hace necesaria la tolerancia (…) En la vida social, política y cultural prefiero lo múltiple a lo único (…)” (3). Es decir, la diferencia es preferible a la unanimidad, a la uniformidad y a lo único.

Marie-France Begué, nos dice que: “(…) la tolerancia expresa una relación polémica que oscila entre la hostilidad reprimida y el reconocimiento del otro. Esta oscilación es la que reclama que la justicia ilumine y organice la evolución de las costumbres a partir de los principios del Derecho reconocido por todos. (…)La práctica de la tolerancia se apoya sobre el hecho de que todos somos “iguales ante la ley” y de que cada uno tiene el derecho a la “misma libertad” que cualquier otro individuo o grupo (...)” (4). En otras palabras, la esencia de la tolerancia se funda en el reconocimiento mutuo.

En conclusión, los consensos obligatorios y opresores son amigos de la fuerza; por el contrario, los consensos democráticos, se logran a través de la persuasión que es el método que usa la tolerancia política para lograr, dentro de la diferencia, el consenso, sin destruir el disenso legítimo. Asimismo, la persuasión es un método democrático para lograr una sana convivencia humana dentro de los marcos de justicia reconocidos por todos y, más aún, con la tolerancia política se logra el reconocimiento mutuo, que es una tarea de todos los ciudadanos democráticos, de reconocerse “iguales ante la Ley”.

Mg.Sc. FAUSTINO BERAUN BARRANTES
ABOGADO-ECONOMISTA
BIBLIOGRAFIA
(1)CISNEROS, ISIDRO H. “Persuasión y “Artificialidad de la Política: La Tolerancia y el Consenso por Intersección”. En: “Los Recorridos de la Tolerancia”. Edit. Océano.1ª.Edic.México, 2000. pp.159-160.
(2)LOCKE, JOHN.”Ensayo sobre la Tolerancia”. En: “Carta sobre la Tolerancia”. Edic.Mestas.2ª.Edic. España. 2005. Pp.111.
(3)WALZER, MICHAEL. “Tratado sobre la Tolerancia”. Edit. Paidos. 1ª.Edic.España.1998. pp. 13-14.
(4)MARIE-FRANCE BEGUE. “From Tolerance to Mutual Recognition”” En: “Interpreting the Experience of Tolerance”. Edic. Fondo Edit.PUCP.1a.Edic.Perú.2006.pp.556.

Monday, September 01, 2008

CARTA A LA INTOLERANCIA

CARTA A LA INTOLERANCIA

Un intolerante, no puede convivir con su prójimo porque el intolerante es portador del odio y de las bajas pasiones. Por ello, se hace necesario, establecer algunas reglas a efectos de que el intolerante reflexione, no siga odiando, derramando envidia y angurria entre los seres humanos; estas reglas son una contribución para el cambio fraternal de aquellos que sin tener la justificación moral interna no pueden convivir con su prójimo. Para que recuerden que el amor hacia el hombre es una preparación del amor hacia Dios.

REGLAS PARA QUE EL INTOLERANTE PUEDA CONVIVIR CON SU PROJIMO:

Primero, conócete a ti mismo;

Si en el proceso, de conocerte a ti mismo, encuentras, que has violado una ley del LIBRO DIVINO, por ejemplo, violaste uno de los mandamientos de la Ley de Dios, entonces, estás descalificado para convivir pacíficamente con tu prójimo y, sobretodo, para juzgarlo. Tú eres el problema ; y no, tu prójimo; por tanto, tienes que mejorar tu simpatía y tratar a tus semejantes con amor fraternal.

Segundo, si no has pasado la prueba anterior, y te atreves a juzgar a tu prójimo, puede que estés haciendo un juicio temerario. Es decir, si no te conoces a ti mismo ¿Cómo vas a poder convivir sanamente y juzgar a tu prójimo ? si tú… no te conoces.

Recuerda, que el LIBRO DIVINO, cuando se refiere al amor fraternal nos dice :

“¿Y por qué te fijas en la pelusa que tiene tu hermano en un ojo si no eres consciente de la viga que tienes en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano. Hermano, deja que te saque la pelusa que tienes en el ojo, siendo que tú no ves la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad y podrás sacar la pelusa del ojo de tu hermano.” (Lucas 7,41).

En otras palabras, si no te conoces a ti mismo, no estás capacitado moralmente para juzgar a tu prójimo. Y, el hecho que te hagan coro otros ciegos o hipócritas, no significa que te hayas quitado la viga que tienes en el ojo; si no, que tienes la viga muy clavada en tu ojo, que la ha traspasado llegando a tu corazón y tu alma, que no te permite ver con claridad; y, lo peor, has corrompido a tus seguidores o, al revés, ellos terminaron por corromperte. Acuérdate, que el LIBRO SAGRADO claramente enseña : “dime con quién andas y te diré quién eres”; que es, una forma que te conozcan; y, te conozcas a ti mismo .

Tercero, si pese a ello insistes en juzgar a tu prójimo; entonces, acuérdate de la máxima cristiana: “ No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados (…) porque, con la medida que ustedes midan , serán medidos”. (Lucas 7, 37). Que, estas sagradas razones te sirvan para desterrar tu odio hacia el prójimo, puesto que, con la misma medida que juzgas serás medido. Y, para ello, es necesario que “(…) No levantes falso testimonio ni ayudes al malvado dando testimonio injusto. No sigas a la mayoría para obrar mal ni en un proceso te inclines por la mayoría en contra de la justicia” (Exodo 23,1); en otras palabras, “ No te dejes vencer por lo malo, más bien vence el mal a fuerza del bien.”(Romanos 12,21).

Cuarto, Practica la tolerancia, recuerda que este principio “ Procede del verbo latino “tolerare”, del término “tollo”, “que quiere decir aguantar, soportar, resistir, sufrir, consentir, permitir, etc” (Sádaba:1997,251; Bada:1996,86). El que tolera, etimológicamente, aguanta, soporta, sufre, permite, etc. Se soporta o se aguanta algo que, en principio, no se tiene por qué soportar, aguantar. Ello implica, por tanto, un primer momento en el cual A no tiene por qué admitir que B actúe de una determinada manera x, o que tenga otro sistema de creencias o pensamiento. También implica un segundo momento en el cual, tras un período de reflexión, A considera que, a pesar del perjuicio existente, B puede realizar x, o se le permite su sistema de creencias o de pensamientos.” (1).

Es decir, que la tolerancia tiene dos momentos; el primero, en que no tienes por qué aguantar o soportar ciertas actitudes, pensamientos o creencias de tu prójimo; el segundo, después de un período de reflexión y a pesar de tu disconformidad, permitir que tu prójimo realice ciertas acciones, o piense y crea en lo que es objeto de tolerancia.

Quinto, recuerda que, Voltaire, decía : “El derecho a la intolerancia es, por lo tanto, absurdo y bárbaro. Es el derecho de los tigres, lo cual es terrible, porque los tigres sólo matan para comer (…)”(2). El derecho a la intolerancia sirvió para condenar a muerte a Sócrates y que, en Atenas, originó una vigorosa protesta, en favor de la tolerancia, porque la muerte de Sócrates se consideró un acto intolerante.

El derecho a la intolerancia sirvió a la Santa Inquisición para hacer abjurar a Galileo de su opinión de que el sol es el centro del mundo, como, Italo Mereu, acredita con el Texto de la Abjuración de Galileo Galilei (3). También, sirvió para dar muerte y torturar a miles de inocentes.

El derecho a la intolerancia, cuando se institucionaliza termina en la violencia legal, desde los Santos Oficios hasta los servicios secretos, han servido para justificar matanzas, censuras, exclusiones, amonestaciones, confinaciones, abjuraciones, etc. Es decir, la intolerancia es el reino del odio contra “ los otros” que actúan de manera diferente, o piensan y creen de manera distinta a los que practican la intolerancia.

Sexto, asimismo, recuerda que frente a la intolerancia lo único que queda es la denuncia, no podemos convivir con acciones intolerantes, hay que desenmascarar a “los lobos disfrazados de corderos”; portadores del mal, del abuso y el odio. Y, a través de la historia de la intolerancia, los actos intolerantes han terminado por desarrollar e impulsar el concepto de tolerancia como virtud humana fundamental.

Séptimo, en conclusión, si eres intolerante y no puedes convivir con tu prójimo es porque seguramente no estás capacitado moralmente para hacerlo; más bien, ¡cuídate de tu prójimo! (…). La tolerancia, establece relaciones de reciprocidad que sirven de fundamento a cualquier tipo de convivencia pacífica y civil.
Por el contrario, practica la tolerancia; ya que “ Si tú me toleras, yo te tolero; si yo me atribuyo el derecho a perseguir a los otros; atribuyo el derecho a los otros a perseguirme” (4).

Recuerda que la tolerancia es una virtud humana imprescindible para el funcionamiento de la democracia y para la convivencia humana. Respeta las leyes de tu pueblo, no las transgredas porque en un Estado Democrático de Derecho, la ley sirve para regular una sana interrelación humana.

Mg. Sc. FAUSTINO BERAUN BARRANTES
Abogado y Economista

BIBLIOGRAFIA
1.-José Matínez Pisón. “Tolerancia y derechos fundamentales en las sociedades multiculturales” Edit. Tecnos.Madrid.España.2001. pp.59.

2.-Voltaire. “Tratado de la Tolerancia” Edit.Losada. Buenos Aires. Argentina. 2003.pp.58

3.-Italo Mereu.”Historia de la Intolerancia en Europa”. Edit.Paidós. España.1995.pp.361-363:

“Yo, Galileo, hijo del difunto Vincenzo Galileo de Florencia, a la edad de setenta años, presente personalmente en el juicio y arrodillado ante vosotros, eminentísimos y reverendísimos cardenales inquisidores generales en toda la república cristiana contra le herética pravedad, teniendo ante mis ojos los sacrosantos Evangelios, que toco con mis propias manos, juro que siempre he creído, creo ahora y, con la ayuda de Dios, creeré en el futuro todo lo que sostiene, predica y enseña la santa, católica y apostólica Iglesia. Pero como por este Santo Oficio, después de haber sido intimado jurídicamente mediante un precepto del mismo a abandonar totalmente la falsa opinión de que el Sol es el centro del mundo y no se mueve, y la Tierra no es el centro del mundo y se mueve, y habiéndoseme prohibido sostener, defender o enseñar de ningún modo, ni de palabra o por escrito, la mencionada falsa doctrina, y después de habérseme notificado que dicha doctrina es contraria a las Sagradas Escrituras, por haber yo escrito y publicado un libro en el que trato de la misma doctrina ya condenada y aduzco razones muy eficaces en su favor sin aportar solución alguna, he sido juzgado vehemente sospechoso de herejía, esto es, de haber sostenido y creído que el Sol es el centro del mundo e inmóvil y que la tierra no es el centro y se mueve.
Por tanto, queriendo yo apartar de las mentes de vuestras eminencias y de todo fiel cristiano esta vehemente sospecha, de mí justamente concebida, con corazón sincero y fe no fingida, abjuro, maldigo y detesto los errores y herejías mencionadas, y en general cualquier otro error, herejía o secta contrarios a la Santa Iglesia; y juro que en el futuro nunca más diré o afirmaré nada, de palabra o por escrito, que pueda dar lugar a sospechas parecidas contra mí; y si conociera a algún hereje o sospechoso de herejía, lo denunciaré a éste Santo Oficio o al inquisidor u ordinario del lugar en que me encuentre. Juro, asimismo, y prometo cumplir y observar plenamente todas las penitencias que me han sido o me serán impuestas por este Santo Oficio, y si contraviniera alguno de estos juramentos y promesas ¡Dios no lo quiera!, me someteré a las penas y los castigos que los sagrados cánones y otras constituciones generales y particulares imponen y promulgan contra delincuentes semejantes. Me ayude Dios y estos santos Evangelios, que toco con mis propias manos”
Una vez pronunciado el texto anterior, Galileo se santiguó, se levantó y se fue a firmar el documento.
“Yo, el antes nombrado Galileo Galilei he abjurado, jurado, prometido y me he obligado como consta más arriba, y como fe de la verdad, he suscrito con mi propia mano la presente cédula de mi abjuración y la he recitado palabra por palabra, en Roma, en el Convento de Minerva, este 22 de junio de 1633. Yo, Galileo Galilei he abjurado como consta arriba con mi propia mano”

4.-Isidro H. Cisneros. “Los recorridos de la tolerancia”. Edit. Oceano.México.2000.pp.156.

Saturday, August 09, 2008

EL ODIO Y LA INTOLERANCIA

EL ODIO Y LA INTOLERANCIA

Elie Wiesel, señala que “(…) la intolerancia no solo es el vil instrumento del enemigo, sino que ella es el enemigo mismo, puesto que niega las amplias posibilidades de comunicación que ofrece el lenguaje. (…) Cuando el lenguaje fracasa, entra en acción la violencia. La violencia es el lenguaje de aquellos que han perdido las palabras, y es también la forma como se expresa la intolerancia, donde germina el odio. (…) el odio es irracional, impulsivo, implacable; sus tenebrosos poderes apelan a lo que hay de destructivo en el hombre.(…) Odiar es encender el fuego destructor de la guerra(…) “

¿Cómo se puede combatir la intolerancia? No contemporizando con la intolerancia, sino que hay que denunciarlo, desenmascararlo, rechazarlo, repudiarlo, excluirlo de la sociedad humana, porque la intolerancia incita al odio y se sitúa en el umbral del odio”.

Es decir, al odio y la intolerancia hay que combatirlo oportunamente, hay que despojarlas de sus falsas glorias que puedan darle una escandalosa legitimidad. Lo que en política se denomina “logrerismo”,!!! yo y mis seguidores hemos logrado esto o aquello!!!, cuando realmente solo trabajan para sus intereses mezquinos y lo único que quieren es obtener legitimidad rodeándose de falsas glorias. Así, se legitimaron regímenes de odio como el Nazismo en Alemania y el Facismo en Italia.

Umberto Eco, nos dice que: “ (…) la intolerancia más peligrosa es siempre la que nace de impulsos elementales(…)” como la envidia, angurria, el animus de lucro, la mentira y el odio.

En el pasado, en la Grecia antigua, la condena y muerte de Sócrates fue un acto intolerante. Entre otras acusaciones se le reprochó el no adorar a los dioses de la ciudad. En este caso, la intolerancia se manifestó a través de actos prohibitivos, de exclusión o de persecución. Ni que hablar de la intolerancia en la historia europea, que se manifestó en la hoguera, la horca, el hacha, la guillotina, los fusilamientos, los hornos crematorios, las deportaciones , los confinamientos, etc.

El caso de Jean Calas, protestante acusado falsamente de haber asesinado a uno de sus hijos convertido al catolicismo, en Toulouse (Francia), es emblemático en los actos intolerantes, que dio lugar a la famosa obra de Voltaire, “ Tratado de la Tolerancia” que en una de sus frases célebres sobre el abuso de la intolerancia señala que: “(…) Ya sabéis que la intolerancia sólo produce hipócritas o rebeldes: ¡qué funesta alternativa!.

Ya quisieran los intolerantes modernos, portadores del odio, que no existieran las leyes, las constituciones, las declaraciones universales sobre los derechos humanos, que se opongan al flagelo del odio y la intolerancia.

En conclusión, podemos decir que para hacer frente a la intolerancia y el odio, es necesario no contemporizar con estas manifestaciones viles del ser humano. Hay que combatirlas, rechazarlas y repudiarlas porque son contrarias a la razón y al equilibrio social. Y hay que hacerlo con la Ley, la Constitución y los Convenios Internacionales sobre Derechos Humanos y todas las normas protectoras del ser humano que nos franquea el Derecho Nacional y Universal.

Mg. Sc. FAUSTINO BERAUN BARRANTES
Abogado y Economista


BIBLIOGRAFIA:
Elie Wiesel. “La Intolerancia”. Prefacio,Edit.Granica.1ª.Edic.Argentina.2007.
Umberto Eco.”Definiciones Lexicológicas”. En:”La Intolerancia”. Idem.pp.18
Voltaire.”Tratado de la Tolerancia”.Edit.Losada.S.A.Argentina.2003.pp.85

Tuesday, August 05, 2008

LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES

LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES

El filósofo Pierre Hadot, Profesor del Colegio de Francia, al explorar el pensamiento antiguo señala que, en 1977, escribió, en el Anuario de la Quinta Sección de la Escuela Práctica de Altos Estudios, un artículo intitulado “Ejercicios Espirituales”, en el cual , los diferentes capítulos tenían por título: Aprender a vivir, aprender a dialogar, aprender a morir, aprender a leer. Y define los ejercicios espirituales como una práctica voluntaria, personal, para iniciar una transformación del alma.

Refiriéndose a las escuelas filosóficas antiguas, señala que una práctica muy importante, de la filosofía de los estoicos, era que para soportar los problemas de la vida, la enfermedad, la pobreza, el exilio, estos se preparaban con el pensamiento para dicha eventualidad.

Por otro lado, los epicurios, también elaboraron un “cuerpo” de ejercicios espirituales basado en la limitación de los deseos y, donde el exámen de conciencia era la parte más importante de su filosofía.

Los pitagóricos, decían que el exámen de conciencia era muy importante para medir el estado moral en que se encontraba nuestra alma y, para ello, la realización de acciones como la lectura meditativa; la concentración de la atención sobre el instante presente; y el esfuerzo por ver las cosas desde un punto de vista superior contribuían a fortalecer nuestro espíritu.

Ciertos de estos ejercicios ejercicios espirituales no han cesado de ser practicados en el curso de estos siglos. Por ejemplo, la mirada en alto sobre las cosas humanas practicadas por Pascal, Voltaire, Leopardi, asimismo, Hubert Beuve-Méry, al referirse a Ciro, nos señala la importancia que tiene, como ejercicio espiritual, la concentración sobre el instante presente, que también, Goethe o Shopenhauer nos recomendaron, y que André Guide lo resume en una frase: “ Cada instante de nuestra vida es esencialmente irremplazable; y para ello únicamente hay que concentrarnos”.

Asimismo, Nietzsche comparó los ejercicios espirituales practicados en las diferentes escuelas filosóficas antiguas, como modelos de acción que puedan inspirarnos. Entre ellas, las de Marco Aurelio, que distingue las tres condiciones espirituales determinantes para todo individuo:

1.-Aquello que nosotros tenemos en nuestro propio pensamiento;

2.-Aquello que nos vincula con los otros hombres; y,

3.-Aquello que nosotros pensamos respecto a la naturaleza.

Es necesario, decía Marco Aurelio, de tener el coraje de ver la realidad tal cual es, y estar siempre al servicio de la comunidad humana y tener un espíritu de justicia.

En conclusión, la práctica de los ejercicios espirituales nos permiten tener la plena conciencia de que somos una pequeña parte de este mundo y, es necesario, concentrarnos en cada instante de nuestra existencia para poder ver nuestra realidad tal como es y enfrentar los problemas de manera realista, y con espíritu de justicia estar siempre al servicio de la comunidad.

Mg. Sc. Faustino Beraún Barrantes
Abogado y Economista

BIBLIOGRAFIA
Pierre Hadot. "Mes exercises spirtuels" dans: Sommaire"Le Nouvel Observateur" Nro.2279.pp.20-23. Traducc.Faustino Beraún Barrantes.

Wednesday, July 09, 2008

ENSAYO SOBRE LA TOLERANCIA

ENSAYO SOBRE LA TOLERANCIA
(An Essay Concerning Toleration)

En el problema de la libertad de conciencia; algunos predican la obediencia absoluta, mientras otros pretenden la libertad universal en cuestiones de conciencia.

El poder y la autoridad del gobernante recibida por mandato es para que los use más que para el bien, el mantenimiento y la paz de los hombres, sólo para salvaguardar a los hombres del engaño mutuo y de la mutua violencia en éste mundo.

Es decir, el mandato del gobernante no viene de Dios, mientras éste no muestra la carta que viene del cielo; de lo contrario, la teoría de que el poder y la autoridad provienen del consentimiento del pueblo es lo más creíble. Y, por lo tanto, el gobernante debe asegurar la paz civil y la propiedad de los súbditos.

Desde el punto de la tolerancia, las opiniones y las acciones de los hombres se dividen en tres tipos:

1.-Las opiniones especulativas y del culto divino, que no tienen que ver con el estado ni la sociedad.

2.-Las opiniones prácticas que no son buenas ni malas, que se refieren a la sociedad y a la relación entre los hombres.

3.-Las opiniones que se refieren a la sociedad, buenas o malas, denominadas virtudes y los vicios morales.

I.- Tienen derecho absoluto y universal a la tolerancia las opiniones especulativas y el culto divino, por ejemplo, la creencia en el purgatorio, el reino de Cristo en la tierra, etc.; asimismo, gozan de derecho absoluto y universal a la tolerancia el lugar, el modo y el tiempo de adorar a mi Dios. El gobernante no puede defenderme contra mi Dios. No puede obligarme a profesar una religión falsa. El camino de salvación no es un acto externo impuesto, sino una elección secreta y voluntaria del espíritu. Es una relación entre Dios y yo.

El culto divino no tiene, en su naturaleza, ninguna referencia con mi gobernante, con mi vecino o con mi comunidad. Rezar un padre nuestro no es una amenaza para la paz del Estado mayor. Disertar sobre la espada flamígera tampoco.

Las opiniones especulativas no deben se confundidas con el culto a una divinidad. La creencia en una divinidad, son el fundamento de toda moralidad e influencia completamente la vida y las acciones de los hombres y, sin ella, un hombre tiene que ser considerado parte de una de las especies más peligrosas de los animales salvajes, o sea, incapaz de cualquier tipo de sociedad.

II.-Tienen derecho a la tolerancia todos los principios prácticos o las opiniones con la que los hombres piensan que están obligados a regular sus acciones recíprocas. Ejemplo, la educación de sus hijos, de cómo poder disponer de su riqueza, de poder trabajar o descansar cuando lo consideren oportuno, el divorcio; siempre que no perturben al Estado y no causan más daños que ventajas a la comunidad. Por otro lado, nadie debe ser presionado por la fuerza a renunciar a sus opiniones o a aceptar las opiniones contrarias a las de uno. La presión no puede cambiar la mente de los hombres: únicamente les puede obligar a ser hipócritas; ya que, no se puede violentar las convicciones de su conciencia.

III.-Las virtudes y los vicios morales del que hablan los filósofos también tienen derecho a la tolerancia. Estas tienen que ver con el bien de las almas o sus intereses en la otra vida.

Las opiniones y acciones que se refieren a la sociedad que son buenas son las virtudes; y, las malas son los vicios morales. Las acciones buenas deben ser toleradas porque el estímulo de la virtud es un sostén necesario para un Estado; mientras que los vicios, no deben ser tolerados porque cuando un Estado cede ante algunos vicios la sociedad sufre turbación y ruina. Nunca se ha visto que un gobernante pretendiese establecer el vicio con una Ley o prohibiese la práctica de la Virtud.

Las virtudes son ventajosas en las relaciones del hombre con el hombre y la mayoría de ellos constituyen fuertes lazos y vínculos de asociación, que no pueden ser aflojados sin que se resquebraje toda la construcción. Por eso, es necesario desterrar los vicios morales como la codicia, la desobediencia a los padres, la ingratitud, la picardía, la angurria y lo más secreto la premeditación y la venganza.

Entre la tolerancia y la imposición, el medio más eficaz para lograr la seguridad, la paz y la promoción del bienestar es la tolerancia porque la fuerza y el mal trato acrecientan no sólo el odio, sino también el número de los enemigos.

Quien difiere de vosotros sólo en un opinión está separado sólo por una distancia; pero, si vosotros los tratáis mal por aquello que él cree ser justo, entonces, él se convierte en vuestro enemigo: lo primero es sólo una separación, lo segundo es un litigio.

En conclusión, la tolerancia alienta el desarrollo de las virtudes, afirma los gobiernos y a las mayorías a la uniformidad de intención; pero, esto se consigue haciendo y aplicando leyes rigurosas concernientes a la virtud y al vicio. La fuerza no puede dominar las creencias de los hombres ni plantar algunas nuevas en sus pechos; lo pueden hacer la cortesía, la amistad y un trato delicado.

Mg.Sc. Faustino Beraún Barrantes
Abogado y Economista
Doctorando en Filosofía UNMSM

BIBLIOGRAFIA
JOHN LOCKE. “Ensayo sobre la Tolerancia” En: “Carta sobre la Tolerancia”. Edic. Mestas. 2da.Edic.España. 2005. Pp.84-116

Tuesday, July 08, 2008

ESBOZO DEL ENSAYO SOBRE LA TOLERANCIA

ESBOZO DEL ENSAYO SOBRE LA TOLERANCIA

John Locke, señala que solo hay dos tipos de cosas que tienen derecho a la tolerancia:

1.-Todas las opiniones especulativas, como la fe en la Trinidad, el pe­cado original, y todas aquellas cosas que no tienen ninguna refe­rencia con la sociedad.

2.-El lugar, tiempo y modo del ejer­cicio de culto de mi Dios.

La opiniones especulativas no pueden perturbar al Estado ni a mi vecino; el culto religioso es una cosa entre Dios y yo; y, tiene una importancia eterna.

Las opiniones puramente especulativas no deben ser reguladas ni controladas por el Estado, el Poder sólo controla y es árbitro de las relaciones entre los hombres, de un hombre frente a otro u otros hombres, más no, entre un hombre y Dios. Rezar a Dios en un lugar o en otro, en una posición o en otra, no nos convierte en enemigos de los demás hombres. Lo que nos convierte en ene­migos de los demás hombres son las ac­ciones que afectan a la sociedad , al Es­tado y a los hombres.

Todas las demás acciones o las opinio­nes (no especulativas) que tienen efica­cia directa contra los otros hombres, la sociedad y el estado no tienen ningún derecho a la tolerancia. Por ejemplo, acciones que pongan en peligro el go­bierno, la economía de la sociedad, la vida e integridad física de las personas, atenten contra la propiedad, la hacienda de una determinada persona natural o jurídica, etc. no tienen derecho a la tole­rancia.

En conclusión, se toleran el culto reli­gioso y las opiniones especulativas, mas no, las acciones que afectan al hombre, la sociedad y/o el Estado. No tienen de­recho a la tolerancia los vicios, la sober­bia y el placer que afectan la pureza de las costumbres, la humildad y la bondad del espíritu.

Mg.Sc.FAUSTINO BERAUN BARRANTES

BIBLIOGRAFIA
JOHN LOCKE. “Carta Sobre la Tole­rancia” Edic.Mesías.2005.España. Pp.119-124.

Thursday, June 12, 2008

EL DERECHO A NO TENER HAMBRE

EL DERECHO A NO TENER HAMBRE

¿Existe en nuestra sociedad el Derecho a no tener hambre? . Al parecer es un derecho que no está garantizado en el ordenamiento institucional existente.

No existen los derechos de trasfondo que justifiquen a nuestra sociedad la toma de decisiones políticas para implementar el Derecho a no tener hambre. Tampoco, existen derechos institucionales específicos que justifiquen la decisión de implementar políticas para erradicar el hambre.

La sociedad debe reconocer el Derecho a que los ciudadanos tengan políticas dirigidas a asegurar que todos los hombres , mujeres, ancianos y niños tengan derecho a medios adecuados para su subsistencia.

Esto no quiere decir que la obligación de la sociedad es tener los medios de antemano, sino, que tan sólo se obliga a establecer las políticas necesarias para conseguir el derecho a estar libre de hambre.

En otras palabras, el reconocimiento del derecho a estar libre de hambre daría a los hombres y mujeres el derecho a exigir que una determinada política esté dirigida a asegurar el objetivo de hacer del derecho a medios adecuados un derecho realizable.

El derecho a estar libre de hambre es el derecho a políticas para asegurar los medios adecuados para la subsistencia; con esto se lograría que con el ejercicio de sus derechos las personas puedan tener acceso a un conjunto de bienes alimenticios para realizar su derecho a estar libre de hambre. .

En conclusión, de positivizarse el derecho a estar libre de hambre, la sociedad estaría obligada a decidir las políticas necesarias para asegurar los medios de subsistencia y los ciudadanos de exigir el establecimientos de esas políticas. Es decir, los hambrientos tienen derecho moral a la alimentación y la sociedad el deber moral de proveer la alimentación o los medios necesarios para proveer tal alimentación.

Mg.Sc. Faustino Beraún Barrantes

BIBLIOGRAFIA
AMARTYA K.SEN."El Derecho a no tener hambre".Universidad Externado de Colombia.Centro de Investigación en Filosofía y Derecho.Traducción Everaldo Lamprea Montealegre.1a.Edic.2002.Perú.pp.1-35.
Este artículo apareció orginalmente en The Right to Food, editado por José P.Alston y K. Tomasevki.

Monday, May 26, 2008

EL PARADIGMA CRITICO

PARADIGMA CRITICO

HACIA UNA NUEVA TEORIA CRITICA

La necesidad de construir una nueva teoría crítica o paradigma crítico resulta del hecho que las promesas de la modernidad no se han cumplido; por ejemplo, las promesas de la igualdad, de la libertad, de la paz perpetua y de la dominación de la naturaleza son promesas incumplidas que han originado la crisis de la teoría crítica moderna basada en el conocimiento que avanza del caos al orden.

EL POSMODERNISMO DE OPOSICIÓN

La teoría crítica posmoderna o conocimiento como emancipación va del colonialismo (crítica al conocimiento mismo) a la solidaridad ( que eleva al otro como sujeto). Cuestionado el colonialismo que ve al otro como objeto y no como sujeto.

Las implicancias del conocimiento como emancipación son las siguientes:
a.- Es un conocimiento que se desarrolla del monoculturalismo hacia el multiculturalismo y para ello usa la teoría de la traducción o la hermeneútica diatópica.
b.- Se desarrolla de las técnicas y conocimientos especializados heroicos hacia un conocimiento edificante.
c.- Va de la acción conformista hacia la acción rebelde.

El posmodernismo de oposición se distingue del posmodernismo celebratorio porque el primero realiza una crítica de la modernidad como punto de partida para la construcción de alternativas epistemológicas y políticas; mientras que el segundo, se centra en la deconstrucción y la exaltación de la contingencia, abandonando la tarea de pensar alternativas a lo que se critica.

El posmodernismo de oposición trata de construir una teoría crítica que no reduzca la realidad a lo que existe; y en esta reflexión crítica sobre el mundo, encuentra que no existe un principio único de transformación social, que no existen agentes históricos ni tampoco una forma única de dominación y que, entre otras cosas, la industrialización no es el motor del progreso, ni mucho menos, la partera de la historia.

LA CRISIS DE LOS ICONOS ANALÍTICOS

Por otro lado, se ha producido una crisis de los íconos analíticos de la teoría crítica moderna, por ejemplo, el ícono de la oposición capitalismo/socialismo, fue reemplazado por el ícono de la sociedad industrial, luego, por el de la sociedad posindustrial y actualmente, por la sociedad virtual. El ícono imperialismo/modernización fue reemplazado por el de globalización; el ícono revolución/democracia reemplazado por el desarrollo sostenible, etc. llegando al punto que los ámbitos no son diferenciables y no sirven para analizar y dar respuesta a los problemas sociales.


CONCLUSIÓN

En síntesis, podemos decir, que es necesario construir una teoría crítica o paradigma crítico con nuevos íconos que no reduzcan la realidad a lo que existe y que nos permitan concebir que el ideal de igualdad y la justa distribución de la riqueza constituyen una aspiración democrática básica que no es inevitable ni será alcanzado plenamente. Y que para ello, es necesario diferenciar cuáles son las posiciones rivales , a fin, de construir un nuevo paradigma desde abajo, y con participación multicultural.

Mg.Sc. Faustino Beraún Barrantes

BIBLIOGRAFIA
Boaventura de Sousa Santos.”Conocer desde el Sur-Para una Cultura Política Emancipatoria”.Fondo de Editorial de laFacultad de Ciencias Sociales de la UNMSM.1ª.Edic.Lima,2006.pp.11-34

Tuesday, April 22, 2008

LOGICA DE HECHO

LA LOGICA DE HECHO



La lógica aristotélica concibe la argumentación como la adecuación de dos premisas y una conclusión, esto es tres entradas: premisa mayor, premisa menor y conclusión.
Por ejemplo:

Socrates es un hombre;
Todos los hombres son mortales;
Entonces, Socrates es mortal.

En cambio, la lógica factual o lógica de hecho o lógica práctica es una herramienta de análisis para la intervención argumental, donde lo que interesa es rastrear lo específico, lo particular sujeta a cada situación de argumentación, discusión y/o conversación.

El modelo de Toulmin, reformula el silogismo tradicional de tres entradas, distinguiendo entre el uso instrumental y uso argumentativo del lenguaje, y construye un esquema argumentativo basado en las siguientes categorías de análisis:

WARRANT (GARANTIA): Principio General, premisa mayor, norma tácita, enunciados generales, de naturaleza formal, que permiten el paso de los datos a las conclusiones.

BACKING (APOYO O RESPALDO): Cuerpo de contenidos desde donde emanan las garantías y que nos remite al mundo sustancial en el que encontramos investigaciones, textos, códigos, supuestos sociales que nos permiten afirmar una garantía.

GROUNDS (DATOS): Son de orden empírico o factual, y permiten la emergencia de una pretensión o conclusión.

CLAIM (CONCLUSION): Son las pretensiones, demandas o alegatos, que buscan, entre muchos de sus posibles propósitos, posicionar una acción, una perspectiva.

QUALIFIERS (CUALIFICADORES MODALES): Son construcciones lingüísticos que permiten atenuar una pretensión.

REBUTTALS (CONDICIONES DE REFUTACION O EXCEPCION): Son las condiciones de refutación que la conclusión permite, las circunstancias extraordinarias o excepcionales que pueden socavar la fuerza de los argumentos.

ESQUEMA ARGUMENTAL

GARANTIA :EL DELITO ES UNA ACCION, TIPICA, ANTIJURIDICA Y CULPABLE

APOYO :EL ART.207-B DEL CODIGO PENAL PERUANO DICE QUE ES DELITO INFORMATICO: “EL QUE UTILIZA, INGRESA O INTERFIERE INDEBIDAMENTE UNA BASE DE DATOS, SISTEMA, RED O PROGRAMA CON EL FIN DE ALTERARLOS, DAÑARLOS O DESTRUIRLOS, SERA REPRIMIDO CON PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD NO MENOR DE CINCO AÑOS Y CON SESENTA A NOVENTA DIAS MULTA”

DATO 1 :PEDRO INGRESO INDEBIDAMENTE EN UNA BASE DE DATOS DE UN SISTEMA INFORMATICO PARA ALTERARLO Y DESTRUIRLO

DATO 2 :PEDRO ES UNA PERSONA (LA ACCION SOLO ES HUMANA)

DATO 3 :LA ACCION DE PEDRO SE ADECUA AL ART.207B (TIPICIDAD)

DATO 4 :LA ACCION DE PEDRO ES CONTRARIA AL ORDEN JURIDICO (ANTIJURICIDAD)

DATO 5 :PEDRO ES MAYOR DE 18 AÑOS Y SABIA QUE ESTABA PROHIBIDO ENTRAR SIN PERMISO EN UNA BASE DE DATOS DE UN SISTEMA INFORMATICO (CULPABILIDAD).

CONDICION DE REFUTACION :SALVO QUE PEDRO HAYA INGRESADO A LA BASE DE DATOS BAJO UNA CAUSA DE JUSTIFICACION (ESTADO DE NECESIDAD, CUMPLIMIENTO DE ORDENES, ETC.)

CONCLUSION :[POR TANTO…] PEDRO COMETIO DELITO INFORMATICO

En conclusión, mientras que Aristóteles creó una lógica teórica expresada en un silogismo de tres entradas, en el modelo Toulmin, las categorías más importantes son las categorías de apoyo y dato, que nos remiten al mundo de los hechos. Manuel Atienza, señala que Toulmin , propone desplazar el centro de atención de la teoría lógica a la práctica lógica, no le interesa una “lógica idealizada”, sino una lógica oprativa o aplicada (working logic).

Mg.Sc. FAUSTINO BERAUN BARRANTES

SANTIBAÑES YAÑEZ CRISTIAN, “Teorías de la Argumentación. Ejemplo y Análisis”. Edit.Cosmigonon.pp.61-84. 2002.Chile.
TOULMIN, S. 1958. The uses of argument. Cambridge: Cambridge University Press.
MANUEL ATIENZA. “Las Razones del Derecho” Palestra Editores. Lima. 2004.

Tuesday, April 01, 2008

EL UNIVERSO Y EL ATEO

MARIANO DAMASO BERAUN FUENTES

1864

“EL UNIVERSO Y EL ATEO”

CAPITULO II

SI LA MATERIA FUERA ETERNA, NO HUBIERA SIDO CREADA

Para que se conozca la verdad de esta proposición, basta saber que creación es la producción de una cosa de la nada, y la eternidad la duración que no ha tenido principio ni tendrá fin. En efecto, si la materia fuera eterna, hubiera existido siempre, jamás hubiera sido nada; luego no hubiera sido creada. Al contrario, si la materia fue creada, no existió o fue nada antes de existir; luego no es eterna. Ambas consecuencias deducidas inmediatamente de las nociones de la creación y de la eternidad no pueden dejar de ser exactas: y lo son en tan alto grado y tan claramente, que cualquiera las percibirá con suma facilidad, sacando además de ellas esta otra consecuencia no menos exacta y clara, que la eternidad de la materia y su creación se excluyen mutuamente. Mas el señor Vigil en el 3ro.de sus excelentes y luminosos “Diálogos sobre la existencia de Dios y de la vida futura” dice lo contrario, esto es, que la eternidad de la materia no excluye la creación. ¿Qué debo inferir de esto? ¿Qué me he paralogizado? No: quien discurre de buena fe, puede errar muy fácilmente, pero con dificultad conocerá que yerra, y yo me hayo en este caso: estoy persuadido de la exactitud de mis consecuencias. En tal persuasión pido permiso al señor Vigil, a pesar de mi respeto a su superior inteligencia y vasta erudición, para hacer algunas reflexiones acerca de los pensamientos de su teista en el citado diálogo tercero. No pretendo entablar ni sostener con él una controversia polémica, conozco mi pequeñez; y quien conoce su pequeñez, no puede tomar la actitud marcial de los Titanes. Quizá fuera más prudente, guardando silencio, como juzgarán muchísimos; pero soy peruano y padre, y los mencionados “Diálogos” han sido dedicados a la juventud americana. Además, sé que el señor Vigil ama la verdad; y quien ama la verdad, la escucha sin disgusto, la comunica con placer.
Aun cuando no fuera fácil refutar hasta su completa aniquilación el sofisma del ateo apoyado en el axioma de la nada nada se hace, me bastaría, para no admitir la eternidad de la materia, además de las razones aducidas en la primera parte del párrafo anterior, la persuasión en que estoy, de que quien la admite no puede razonar con firmeza, al controvertir acerca de la existencia de Dios; y de que está expuesto al mismo tiempo a incurrir en gravísimos errores cuales son el politeísmo y el panteísmo: en el primero, si admite al mismo tiempo la creación; y en el segundo que en el fondo no es otra cosa que el ateísmo, si la rechaza. En verdad-----
1ro.-Si como dice el teísta, la eternidad de la materia no excluye la creación, porque Dios pudo crear desde ab eterno las cosas existentes, también Dios que es eterno pudo haber sido creado desde ab eterno por otro ser no menos eterno, este del mismo modo por otro igualmente eterno……resultando de tales creaciones muchos seres eternos o muchos dioses, esto es, el politeísmo. ¿Quién dirá que soy inexacto, o que exagero, al discurrir así? Solo quien ignore que los más de los filósofos antiguos que tenían por eterno al mundo, creían también en muchos dioses: solo quien ignore, que el genio sublime de Cicerón trató de la naturaleza de los dioses.
2do.-También puede incurrir con suma facilidad en el panteísmo quien admite la eternidad de la materia: porque admitiendo esa eternidad, admitiría también la de los agentes físicos; y podría decir, que la materia se basta con estos para la producción de todos los fenómenos de la naturaleza; puesto que el movimiento armonioso de los astros, la aparición deliciosa o aterradora de los meteoros, la revolución que incesantemente sufre nuestro globo, no son otra cosa que el resultado de la acción de esas fuerzas naturales de la materia. ¿Qué podría deducir de esto el partidario de la eternidad de la materia? Podría deducir que el universo o el gran todo se gobierna así mismo sin la intervención de ningún otro ser distinto, e incurrir así en, el panteísmo. Luego es evidente, que quien admite la eternidad de la materia está expuesto a perderse, o en el ya olvidado laberinto de la gentilidad, o en el lóbrego y abominable antro del panteísmo.
Y sí, como asegura el teísta, hay doctores cristianos que afirman que el mundo pudo existir por creación desde el ab eterno, muy viva, muy ardiente debe haber sido su fe religiosa, para no haber incurrido, como filósofos en esos errores; y, como católicos, en otros no menos graves. Respeto como el que mas las doctrinas religiosas de esos talentos admirables, de esas lumbreras del cristianismo; pero, tratándose de otra clase de ciencias, por ejemplo de las naturales estoy persuadido de que sus opiniones no deben ser aceptadas sino después de un exámen escrupuloso: para tal persuasión me basta saber, que ellos creyeron, que la tierra era plana y que por tanto no había antípodas, que el inmenso firmamento giraba alrededor del átomo que habitamos acá. No dudo que esta consideración bastará, para que no se vituperen precipitadamente mis pensamientos, para que se me escuche sin enojo.
Dice el teísta en el citado “Diálogo” 3ro., refiriéndose al parecer a los doctores cristianos: Discurren ellos sobre el supuesto de la voluntad de Dios de la cual procedía esa eternidad del mundo, como el resplandor, decían, que procede del fuego, sería también eterno, si fuese eterno el fuego. Quien sepa que la esencia de Dios no está constituída por la materia, y sí la del fuego por la luz y el calórico, calificará desde luego este símil de inexacto, comprendiendo en su consecuencia que es infundada la afirmación de haber podido existir el mundo por creación desde el ab eterno. Pero supongamos por un instante que el símil sea exacto, y razonemos sobre esa base. Como ignoro, si los mencionados doctores fueron newtonianos o cartesianos en su opinión acerca de la naturaleza de la luz me veo precisado a impugnar aquella afirmación, considerándolos ya newtonianos, ya cartesianos.
1ro.-Si creyeron como aquellos que la luz consiste en partículas sustanciales que emanan del cuerpo luminoso o ígneo, y en tal creencia dijeron que la materia procedía de la voluntad de Dios, como el resplandor procede del fuego, corrieron el grave peligro de inventar otra procesión activa que habría añadido la materia a la Trinidad, puesto que Dios no hubiera podido existir sin producir la materia, como no puede existir el fuego sin producir resplandor, resultando de esto el horrible absurdo de haber sido producida la materia, como lo fueron el Hijo y el Espíritu Santo.
2do.-Si creyeron como los cartesianos que la luz consiste en la agitación de unos globulillos que llenan el espacio absoluto causada por la agitación del cuerpo luminoso o ígneo, y en tal concepto dijeron: que la materia procedía de la voluntad de Dios, como el resplandor procede del fuego, corrieron el peligro igualmente grave de aceptar el mundo de Epicuro, sustituyendo únicamente la palabra causalidad con la palabra DIOS o arquitecto.
¡A cuántos y a cuán horrendos errores puede conducir la admisión de la eternidad de la materia!
Por último, prescindiendo de la improbable eternidad de la materia, ¿Quién no conoce, que el inútil afán con que aquellos doctores pretenden explicar la creación y la Trinidad por medio de ese mismo símil inexacto, corrobora mi aserto del final del párrafo anterior, esto es, que la creación es un misterio? Es preciso convencernos y confesar, que ningún mortal ha comprendido ni comprenderá como DIOS ES TRINO EN PERSONA Y UNO EN ESENCIA, ni como sacó el mundo de la nada. Podemos comprender y explicar, y en verdad comprendemos y explicamos algunas veces el nacimiento; pero la creación jamás.

Lima, 3 de febrero de 1864

MARIANO DAMASO BERAUN FUENTES
“EL UNIVERSO Y EL ATEO”
Imprenta dirigida por Adolfo Valdez.1866

Tuesday, March 18, 2008

MARIANO DAMASO BERAUN FUENTES (1864) "EL UNIVERSO Y EL ATEO" - CAPITULO I ¿ES ETERNA LA MATERIA?

MARIANO DAMASO BERAUN FUENTES
1864

“EL UNIVERSO Y EL ATEO”

CAPITULO I

¿Es eterna la materia?


He aquí una de las cuestiones cuya solución investigada con sola la antorcha de la razón permanecerá siempre oculta en la tenebrosa región de los misterios.

No pocos filósofos, al ver que tal aserto aja su altivez, le calificarán indignados de absurdo y temerario. Sin embargo, nada es más cierto, puesto que esa antorcha no alumbra más allá de su limitada esfera, y sin luz no hay visión. Delira quien cree ver la materia, existiendo desde la eternidad: delira quien cree ver la materia, saliendo de la nada.

Los filósofos á que me refiero, anhelando por conocer el origen de la materia, se han fatigado incesantemente en explorar esta, ya analizando el globo que habitamos, ya observando diferentes fenómenos de la naturaleza; pero no han podido conseguir el objeto de sus anhelos. El único resultado final de sus incesantes fatigas ha sido descubrir, que el gran todo, cuyo espectáculo sublime admiramos, no se ha alterado recientemente á pesar de la variedad infinita de sus fenómenos que el gran todo que existe hoy, existió ayer, existió ahora años, existió ahora siglos, permaneciendo siempre el mismo, siempre sustancialmente inalterable. No han podido ni podrán pasar de allí: llegaron a la valla tras la cual no alumbra la antorcha de la razón. Y aquellos filósofos en vez de abatirse, en vez de inclinarse humildemente ante esa valla donde comienza el mundo de los arcanos impenetrables, pretenden avanzar con frente altiva, sin advertir que los esfuerzos que hacen para ello solo sirven para abismarlos y perderlos. Y, cosa extraña, eminentemente extraña, después de conocer: todos ellos únicamente, que el universo subsiste siempre él mismo bajo formas diversas, dicen los unos: la materia no tiene origen es eterna; y los otros al contrario, la materia tiene origen, no es eterna. ¿Cuál es la causa de tan brusca y escandalosa discrepancia? ¿Cómo deducen de un mismo principio proposiciones manifiestamente opuestas? ¡Arquitectos modernos pretenden reconstruir la torre de Babel para escalar el cielo, y no se entienden los unos a los otros, se confunden!.

Los partidarios de la eternidad de la materia, dando a sus frases inconexas la apariencia de un raciocinio dicen: la materia varía de forma, pero no se altera sustancialmente, luego es eterna. . Mas sus contrarios dicen de una manera idéntica, invirtiendo el orden de las mismas frases: la materia no se altera sustancialmente, pero varía de forma; luego no es eterna. ¿Quién no ve con toda claridad que los unos y los otros pretenden fundar en un mismo principio dos doctrinas contrarias? ¿Discurren así de mala fe? Pues son impostores, y execrables impostores.¿ Discursos así de buena fe? Pues deliran; y deliran, porque creen ver conexión necesaria donde no lo hay; entre las existencia actual y la anterior los unos; y entre la existencia y la no existencia, los otros. Existe, luego siempre existió; existe, luego no existió son consecuencias igualmente falsas, porque esas proposiciones, que se presentan con la apariencia de antecedentes y consiguientes, no lo son realmente, por no haber entre ellas el enlace que requiere la lógica. Y es evidente, que si hubiera tal enlace, le percibirían todos, aunque con mas o menos dificultad; y no habría entre dichos filósofos esa discrepancia que choca aun al sentido común.
Aunque este argumento bien considerado es suficiente por sí solo para combatir simultáneamente ambas doctrinas, conviene refutarlas por separado, con más detención y con más seriedad, atendida la trascendencia más o menos funesta de los errores. Una doctrina errónea puede ser en alto grado perniciosa, puede cual terrible volcán, arrojar sobre los pueblos lavas destructoras. Un error de la clase de los que estoy refutando, asociado siniestramente con errores de otra especie, puede, como el fatídico bramido subterráneo, ser el precursor de catástrofes espantosas....¡Quimera! exclamarán algunos...¡Realidad! Contestará la historia; y contestará sin réplica, mostrando algunas de sus páginas ensangrentadas.....Pero razonemos sin evocar penosos recuerdos.

Es indudable que el entendimiento humano ha ensanchado prodigiosamente los límites de sus conocimientos, explorando sin descanso, tanto el mundo físico, como el mundo moral; pero también es indudable, que así como los mares no se recorren del mismo modo que los continentes, tampoco esos mundos pueden ser explorados de la misma manera. No es necesaria una profunda disertación filosófica, para que se palpe la verdad. Nadie dirá que las propiedades de los cuerpos y los fenómenos de la naturaleza se investigan y se conocen por los mismos medios que la relación de las ideas, los derechos, las obligaciones, etc. Según esto, prescindiendo del mundo moral que no es constituido por la materia, veamos cuales son los medios que emplea el entendimiento para explorar el mundo físico. Y para llegar más rápidamente a nuestro fin, no nos engolfaremos en el océano inconmensurable de las ciencias naturales, puesto que se trata únicamente de la existencia de la materia: nos concretaremos a indagar los medios de conocer su existencia.

1.-Nos consta que existe la ciudad de Lima, porque lo estamos viendo, la estamos tocando. Esto es incuestionable.

2,-Aunque no conozcamos la ciudad de Londres, nos consta que existe, por el testimonio unánime de los que la han visto y tocado ; cuyo testimonio a manera de un inmenso alambre electrizado o de un poderoso instrumento óptico, por decirlo así, pone esa ciudad al alcance de nuestros sentidos.

3.-Finalmente, estamos ciertos de haber habido lluvia, aunque no hayamos sentido llover, si vemos la humedad que ella ha producido. El fundamento de ésta certidumbre es el conocimiento de una ley de la naturaleza; y es sabido, que el conocimiento de las leyes de la naturaleza se apoya en la observación y la experiencia.

Estos medios u otros semejantes son los únicos que emplea el entendimiento para conocer la existencia de los cuerpos, siendo en todo caso el fundamento de la convicción íntima la sensación y no las meras teorías que solo pueden engendrar conjeturas. Torricelli demostró la pesadez del aire, deduciendo de la elevación del agua en las bombas atraentes la del mercurio en el tubo vacío de aquel fluido; pero no tuvo certeza de la elevación del mercurio, hasta que la vió. Mr. Leverrier en 1846 dedujo la existencia de un planeta desconocido (Neptuno) de las perturbaciones observadas en la latitud de Urano, pero su razonamiento no le convenció; pues en septiembre de ese año escribió a Mr.Galle, suplicándole recorriese el cielo para descubrir el planeta que no se conocía más que por el cálculo; y éste astrónomo contestó a aquél desde Berlín, asegurándole la existencia real de ese planeta, por haberla descubierto el mismo día que recibió la carta. Tales hechos y otros muchísimos semejantes que no es necesario citar, prueban hasta no dejar duda la gran importancia de la evidencia de los sentidos en la materia de que se trata, pudiendo decirse por tanto, que tal evidencia es la piedra de toque por cuyo medio nos cercioramos de la existencia de los cuerpos.

Dígase ahora ¿Por cuál de los tres medios indicados puede ser conocida la eternidad de la materia? ¿Podrá serlo por la sensación propia? Es evidente que no.¿Podrá serlo por la historia, la tradición, los monumentos, o por otros signos semejantes? También, es evidente que no, porque ninguno de esos vehículos del saber humano testifica ni puede testificar la soñada eternidad de la materia.¿Podrá deducirse ésta finalmente de las leyes de la naturaleza? No, porque ley de la naturaleza es la relación constante entre los fenómenos naturales y sus causas; y no hay ninguna de estas relaciones que pueda servir de apoyo a los partidarios de tal eternidad. Estos dicen: el mundo existe; luego siempre existió y existirá, sin otro dato que su existencia sucesiva o continuada durante una larga serie de siglos. Pero la existencia sucesiva o continuada del mundo no es ley de la naturaleza; como lo dan a entender aquellos: es una verdad indudable; pero no puede apoyarse en ella la eternidad de la materia. Ciertamente, todos convienen en que la ley de la naturaleza es, como se ha dicho, la relación constante entre los fenómenos naturales y sus causas, y en que fenómenos naturales son los cambios de estado de los cuerpos, mediante la acción de las fuerzas que se llaman agentes físicos; y aquella supuesta ley moderna de ninguna manera puede fundarse en tales principios. En primer lugar, y fijémonos bien en esto, para que la materia de hoy fuera un fenómeno natural procedente de la materia de ayer, como son las lluvias que proceden de las nubes, sería necesario que algún agente físico hubiese operado tal procedencia ; y nadie dirá por ciento, que la materia de hoy ha sido producida por la materia de ayer mediante la acción de la luz, o de las fuerzas centrales, o de algún agente físico.¿Qué especie de fenómeno natural es pues, la materia de hoy que se pretende considerar como efecto de la materia de ayer, esto es, de si misma, y sin la intervención de ningún agente físico? Y si la materia de hoy no es ni puede ser fenómeno natural comparada con la de ayer, ya porque aquella no es efecto de ésta, ya que por su existencia no es el resultado directo ni indirecto, ni próximo ni remoto de la acción de ninguno de los agentes físicos. ¿Cómo podrá la sola continuación de la existencia de la materia constituir una ley de la naturaleza que es la relación constante entre los fenómenos naturales y sus causas? Es pues evidente que la citada ley moderna es absurda, y que por tanto los partidarios de la eternidad de la materia no pueden deducir esta de ninguna ley de la naturaleza.

Además, si para estos es una ley de la naturaleza la existencia sucesiva y continuada de la materia, ¿Por qué se fatigan tanto en prolongar esa existencia registrando archivos mohosos y desenterrando monumentos en los pueblos antiguos?¿No les basta saber que el mundo ha existido cerca de sesenta siglos, para que se convenzan de la verdad y firmeza de una soñada ley? Es claro que no les basta. Y si sesenta siglos de existencia continuada no bastan para constituir una ley de la naturaleza,¿Podrá constituirla la existencia de hoy comparada con la de ayer, esto es, la existencia durante dos días?. De ninguna manera, contestarán ellos; y sin advertir que mi reflexión del acápite anterior es igual, ya se trate de días, ya de años, ya de siglos, continuarán registrando archivos y desenterrando monumentos en los pueblos de la más remota antigüedad. Mas yo, para ahorrarles tiempo y fatigas, supondré que esos archivos y monumentos manifiestan con toda claridad, que el mundo ha existido mil siglos. Iré más lejos, mucho más lejos: supondré con el osado Bufón, que un choque tangencial desprendió del sol muchos trozos que formaron el sistema planetario: y sin entrar en el pormenor de esta atrevida hipótesis, supondré finalmente, que esto sucedió ahora un millón de siglos. ¿Qué se deduciría de esto? ¿Estarían más adelantados aquellos a este respecto, habiendo existido el mundo un millón de siglos, que lo están, habiendo existido sólo cerca de sesenta siglos? Sin duda que no, puesto que la materia hoy no es ni puede ser fenómeno natural procedente de la materia de ayer, ni de la de ahora sesenta siglos, ni dela de ahora un millón de siglos. Luego el mismo afán con que esos filósofos tratan de prolongar la edad del mundo manifiesta la inseguridad y vaguedad con que discurren.

Finalmente, la conciencia universal rechaza el modo de discurrir de estos; y el fallo de ese sentimiento íntimo es inconcuso e inapelable, tratándose de la realidad de nuestros pensamientos. Ese modo de discurrir consiste en fundar la existencia pasada de la materia en la actual: existe; luego existió no significa otra cosa. Veamos pues, que dice la conciencia a este respecto en los diferentes casos que pueden presentarse.

Pregúntese a cualquiera, si está cierto de haber existido ayer el mundo. Al momento dirá si; y para decir si, no razonará, buscando el fundamento de su certidumbre en sus sensaciones de hoy, como el escolar necio busca en el techo de su aula la lección que ha olvidado: dirá si, reproduciendo y recorriendo simplemente sus diferentes sensaciones de ayer.

Pregúntese a un peruano que no sea ignorante, si está cierto de haber existido el Perú el 28 de julio de 1821. Sin detenerse dirá si con el corazón palpitante de placer inmenso, sin pensar en el Perú de hoy: se representará únicamente a éste, saliendo ese día glorioso de su prisión secular, cual extraordinaria y portentosa crisálida, lleno de majestad y brillantez.

Y para no multiplicar los casos, pregúntese a un americano ilustrado, si está cierto de haber existido España en el siglo XVI. Dirá también sí sin vacilar; y para esto, no pensará en la existencia actual de esa nación, ni aun se fijará en la semejanza de la España de hoy a la España de ahora tres siglos: pensará únicamente, aunque indignado, en que ese pueblo que había ostentado nobleza y heroísmo delante de los muros de Granada, vino en dicho siglo al nuevo mundo, a ser el feroz protagonista del drama sangriento, cuyo desenlace al cabo de tres siglos ha sido tan sentidamente cantado por el cisne americano el divino olmedo.

Y si, como lo testifica la conciencia, no se deduce del conocimiento de la existencia actual del mundo el de su existencia anterior, aun cuando esta sea determinada ¿cómo podrá deducirse de aquel mismo conocimiento el de la existencia en un tiempo sin límites?
Luego es evidente que deliran los que creen ver la materia existiendo desde la eternidad.

Paso ahora a refutar en pocas palabras la opinión de sus adversarios, quienes apoyados únicamente en la inconstancia de las modificaciones de la materia, afirman que esta comenzó a existir, o que fue sacada de la nada.

La inteligencia más clara y poderosa puesta en suprema tortura no es capaz de comprender como haya podido ser sacada de la nada el universo: y lo que no puede comprenderse tampoco puede explicarse ni demostrarse; luego desbarran lastimosamente los que creen ver la materia, saliendo de la nada. Y para que se conozca tal desbarro, examínese su razonamiento que en sustancia es el siguiente: lo que está sujeto a variaciones fue nada o no existió; luego la materia que está sujeta a ellas fue nada o no existió. Al aseverar estos que fue nada o que no existió lo que está sujeto a variaciones, se refieren únicamente a las modificaciones y no a los atributos, puesto que no ignoran que estos son permanentes y que solo aquellas son variables: del mismo modo al aseverar que la materia está sujeta a variaciones no pueden referirse a sus atributos, sino solo a sus modificaciones: y de tales premisas que no pueden ser verdaderas sino con referencia a las modificaciones deducen que la materia, esto es, que el conjunto de sus atributos y modificaciones, conjunto admirable y misterioso de permanencia e inconstancia fue nada o no existió. Cualquiera puede saber, que la redondez de un cuerpo fue nada o que será nada; pero no hay mortal que con su sola razón pueda saber, si la figurabilidad de ese cuerpo fue nada, o si siempre existió.

Pero supongamos que la inconstancia de las modificaciones de la materia sea el argumento de la no existencia anterior de esta. En tal caso, ¿por qué existió ayer?,¿o se dirá que no existió?,¿Por qué existió ahora un año? ¿No hace ya muchísimos siglos, que existe sin interrupción a pesar de la perenne inconstancia de sus modificaciones? ¿Hasta qué punto del tiempo inconmensurable habremos de remontarnos para ver la nada?.

Bien se comprende que la humanidad es su infancia, habiendo visto la aparición de una nube, hubiese creido que ésta salió de la nada; y que al haber desaparecido, se convirtió en nada: pero desde que, estudiando la naturaleza se ha convencido de que las apariciones y desapariciones de los cuerpos no son sino transformaciones de la materia, no puede, sin grave error, admitir la creación ni la aniquilación de aquellos. Y si en tantos siglos no se ha visto salir ningún cuerpo de la nada, ¿qué puede inducirnos a afirmar, guiándonos únicamente la razón, que el gran todo fue sacado de la nada? Está pues visto, que desbarran los que en la inconstancia de las modificaciones de la materia ven un indicio seguro de la inconstancia de ésta, o de su no existencia anterior.

Luego es claro, que la razón es impotente para resolver la cuestión propuesta.

Mas, los que tenemos la fortuna de creer todo lo que está escrito en el LIBRO SAGRADO la resolvemos, aseverando firmemente, que la materia no es eterna. En la primera página de ese LIBRO DIVINO nos fue revelado el gran misterio de la creación. Veneremos este misterio sin intentar comprenderle: está oculto en el impenetrable santuario del infinito.

Lima, 3 de febrero de 1864

MARIANO DAMASO BERAUN FUENTES
“EL UNIVERSO Y EL ATEO”
Imprenta dirigida por Adolfo Valdez.1866

DISTINCION ENTRE EL CONOCIMIENTO PURO Y EL EMPIRICO

DISTINCIÓN ENTRE EL CONOCIMIENTO PURO Y EL EMPÍRICO

La experiencia es, sin ninguna duda, el primer producto surgido de nuestro entendimiento al elaborar éste la materia bruta de las impresiones sensibles. Por ello mismo es la primera enseñanza y constituye, en su desarrollo, una fuente tan inagotable de informaciones nuevas, que nunca faltará la concatenación entre todos los nuevos conocimientos que se produzcan en el futuro y que puedan reunirse sobre esta base. Sin embargo, nuestro entendimiento no se reduce al único terreno de la experiencia. Aunque ésta nos dice qué es lo que existe, no nos dice que tenga que ser necesariamente así y no de otra forma. Precisamente por eso no nos da la verdadera universalidad, y la razón, tan deseosa de éste tipo de conocimientos, más que satisfecha queda incitada por la experiencia. Dichos conocimientos universales, que, a la vez, poseen el carácter de necesidad interna, tienen que ser por sí mismos, independientemente de la experiencia, claros y ciertos. Por ello se los llama conocimientos a priori . Por el contrario, lo tomado simplemente de la experiencia se conoce sólo, como se dice, a posteriori , o de modo empírico.

Ahora bien, nos encontramos con algo muy singular: incluso en nuestras experiencias se mezclan conocimientos que han de tener su origen a priori y que tal vez sólo sirven para dar cohesión a nuestras representaciones de los sentidos. En efecto, si eliminamos de las experiencias lo que pertenece a los sentidos, quedan todavía ciertos conceptos originarios y algunos juicios derivados de éstos que tienen que haber surgido enteramente a priori, independientemente de la experiencia, ya que hacen que pueda decirse- de los objetos que se manifiestan a los sentidos más de lo que la simple experiencia enseñaría y que algunas afirmaciones posean verdadera universalidad y estricta necesidad, cualidades que no puede proporcionar el conocimiento meramente empírico.

Immanuel Kant, constata que todo conocimiento proviene de la experiencia, y que, en el orden temporal ningún conocimiento precede a la experiencia; pero, no todo el conocimiento procede de la experiencia.

Es decir, existe un conocimiento independiente de la experiencia y de las impresiones de los sentidos, denominado a priori, que se distingue del conocimiento empírico, que tiene como fuente la experiencia – a posteriori-. Los conocimientos a priori puros son aquellos a los que no se ha añadido nada empírico.

Mg. Sc. Faustino Beraún Barrantes.

FUENTE: Immanuel Kant. “Crítica de la Razón Pura”.Prólogo, Traducción, Notas e Indices. Pedro Ribas. Edic.Taurus.México.2006.pp.41-42.

Sunday, March 02, 2008

LA FILOSOFIA MORAL Y EL PRINCIPIO APROBATORIO

LA FILOSOFIA MORAL y EL PRINCIPIO APROBATORIO

La filosofía moral indaga acerca de la naturaleza de la virtud y acerca del principio aprobatorio. El principio aprobatorio es el poder o facultad mental que hacen que ciertos caracteres nos resulten agradables o desagradables. Agradables cuando el objeto es digno de aprobación, de honra y recompensa o desagradables cuando el objeto es digno de culpa, censura y castigo.

Para el hombre el principio aprobatorio tiene tres explicaciones :
(1)Aprobamos algo por amor así mismo,
(2)Aprobamos algo por la razón o
(3)Aprobamos algo por sentimiento o emoción.

(1) ELPRINCIPIO APROBATORIO DEL AMOR ASI MISMOEl principio aprobatorio, por amor así mismo, es egoísta, porque se funda en que el hombre se ve impulsado a refugiarse en la sociedad, no por ningún amor a sus semejantes, sino, para que estos les sirvan a él.

Hobbes, nos decía que el hombre es lobo del hombre y si vive en sociedad es porque es incapaz de subsistir holgadamente y fuera de todo peligro, por eso, es que todo acto aprobatorio o desaprobatorio está en función de sí mismo. Bajo este principio aprobatorio de amor así mismo, al hombre no le interesa aquello que propenda al bienestar social; solo le interesa lo que pueda darle bienestar personal.

Contrariamente a este principio aprobatorio basado en el amor así mismo, debemos decir que la VIRTUD es el gran sostén y el VICIO el gran perturbador de la sociedad. La VIRTUD es aceptable, prevé la prosperidad, es bella y fomenta el orden social, la comodidad y la seguridad; mientras que el VICIO es ofensivo para todo los hombres, genera ruina y confusión, deforma el orden y la comunidad social.

Si consideramos a la sociedad humana como un organismo de ordenados y armoniosos movimientos que producen efectos agradables, la VIRTUD es el fino acabado del engranaje social, es utilidad y respeto al orden social, es culta y social; mientras que el VICIO (vil orín) ofende, hace trepidar y rechinar al orden social, es salvaje y solitaria.

(2) PRINCIPIO APROBATORIO BASADO EN LA RAZON

Hobbes, decía que el estado de la naturaleza es un estado bélico, y que antes que el estado no es posible la existencia de una vida social segura y pacífica. Por eso, Hobbes, señalaba que era necesario que los hombres le den su representación a un monarca fuerte con el poder de represión para que oblige a los hombres a vivir en paz. Y por la fuerza, el hombre aprende a encomiar la obediencia a la autoridad y censurar toda rebeldía.

Frente a esta teoría que consideraba a la teología como causa de los desordenes sociales y que señalaba que no había diferencia entre el bien y el mal; surge el racionalismo que considera que la mente está dotada de la facultad de distinguir entre determinados actos y efectos, las cualidades de lo bueno y lo virtuoso; y, en otros, lo malo, lo censurable y lo vicioso.

La mente, tiene la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, y, esa capacidad, proviene de la razón. En tal sentido LA VIRTUD consiste en una conformidad con la razón y, el VICIO, en un disconformidad con la razón. Es decir, la causa y principio de la aprobación y reprobación y de todo sano juicio relativo al bien y al mal proviene de esa capacidad que la razón le da a la mente del hombre.
La inducción es una operación de la razón, es por ello, que las SENTENCIAS MORALES están basadas en la experiencia y la inducción. Lo que agrada y desagrada a nuestras facultades morales son inductivas y por éste método establecemos reglas y sentencias morales.

La razón es la fuente de las reglas generales éticas y de todos los juicios morales y, por ende, la razón es el principio de la aprobación o reprobación.

(3)PRINCIPIO APROBATORIO BASADO EN EL SENTIMIENTO
Según este principio de aprobación hay un poder especial de percepción, que la mente ejerce en presencia de ciertos actos o efectos, que determinan su aprobación o desaprobación. Y este poder especial de percepción es denominado sentido moral.
Cuando concedemos nuestra aprobación a algún sujeto o una acción, usando nuestro sentido moral, los sentimientos que experimentamos tiene cuatro orígenes: (1)Simpatizamos con los motivos del agente; (2)Compartimos la gratitud de quienes reciben el beneficio de sus actos;(3)Advertimos que su conducta ha sido conforme a las reglas generales por las que esas dos simpatías usualmente actúan, y ,(5)Advertimos que tales actos forman parte de un sistema de conducta que tiende a fomentar la felicidad del individuo o de la sociedad. El sentido aprobatorio o desaprobatorio tiene cualquiera de estos orígenes que son la fuente del sentido moral que actúa íntimamente ligada a los sentimientos de la emoción, la alegría, la aflicción, la esperanza, el temor, la simpatía o antipatía, la gratitud o resentimiento, el acuerdo o el desacuerdo, la belleza y el orden, etc.

En conclusión, cuando aprobamos o reprobamos una acción humana y sus efectos lo hacemos por amor a nosotros mismos (sentimiento egoísta), por la razón o por nuestros sentimientos. La razón y el sentido moral son la clave para entender nuestras acciones y efectos. Nuestras sentencias morales provienen de la razón y, si a ello, le adicionamos sentido moral a nuestras apreciaciones, entonces, estaremos contribuyendo a la construcción de una vida virtuosa , más no, viciosa. Esta última es producto de nuestros egoísmos personales y destruyen el orden social.

Mg. Sc. Faustino Beraún Barrantes

BIBLIOGRAFIA:
ADAM SMITH. “Teoría de los Sentimientos Morales” FCE. Edic. Conmemorativa 70 Aniversario. 2004. México.pp.113-133.